domingo, 7 de febrero de 2010

Regresa el "comando negro" a las andadas

Por José Angel Inzunza
SEPTIMO DIA, TIJUANA, B.C.- Policías municipales encapuchados, tapando con “tape” o cinta adhesiva los números económicos de las patrullas, se dedican al allanamiento de morada, daños en propiedad ajena, privaciones ilegales de la libertad, tortura y “fabricando” culpables, hasta con la complacencia del Alcalde Jorge Ramos Hernández, toda vez que el mencionado gobernante les autorizó a 600 elementos operar de incógnito, en supuestas labores de inteligencia, como una estrategia para combatir la delincuencia.
La realidad es que la delincuencia a transeúntes, camiones urbanos y comercios se ha incrementado en un 300 por ciento, pero ni la policía municipal, ni la ministerial del estado ha podido hacer nada sustancial al respecto, y con la tendencia proclive de prácticas como las enunciadas anteriormente, lo único que hacen es dañar a la sociedad, en vez de protegerla, ¿y los verdaderos delincuentes? Proliferando y haciendo de las suyas.
Con las nuevas medidas, que por cierto son ilegales y anticonstitucionales a la función normal de la policía municipal y tránsito, el teniente coronel retirado, Julián Leyzaola Pérez, secretario de Seguridad Pública Municipal, lo únjco que quiere es levantarse el cuello, presumiendo de “aplastar” a ciudadanos indefensos, pero “arrugándosele” cuando tiene que enfrentar a bandas criminales organizadas, so pretexto de que “son muchos”, como bien lo exhibieron en una televisora local. El verdadero cobarde es el que algunos barberos promueven como héroe: Leyzaola, Y lo peor de la cobardía es que se pone muy valiente contra los ciudadanos comunes y corrientes, a quienes les inventan hasta la muerte de Pancho Villa y todos los que se acumulen a la f
echa.

Miopía o “ganas de jorobar”

La revelación de que el “comando negro” regresa a las andadas es que en la colonia Ejido Matamoros aproximadamente el 20 de enero unos policías municipales con
capuchas cubriendo sus rostros, llegaron a un domicilio ubicado en la calle Tamaulipas, aprovechando la oscuridad de la noche para introducirse con lujo de violencia a la casa del señor José de Jesús Damián Alvarez, comerciante en un mercado sobre ruedas, que fue víctima de una brutal golpiza, junto con su sobrino que estaba de visita y otro joven, en tanto que uno de los abusivos policías trató de manosear lascivamente a la joven Marlen Ramírez Armenta, que frecuenta visitar al comerciante.
Los oficiales destrozaron el candado de la puerta de entrada con una pinza especial y allanaron la morada, luego levantaron y golpearon salvajemente a don Jesús Damián y los dos jóvenes que le acompañaban, delante de Marlén.
Lo que argumentaban los uniformados, vestidos por cierto con uniforme estilo militar y con leyenda en los brazos que decía “Fuerzas Armadas”, era inculparlos de ser “puchadores” de drogas, y que el lugar era utilizado como “picader
o”, mas, no obstante la golpiza, no pudieron sacarles nada, pues todo mundo sabe que la verdadera “conecta” se encuentra a dos cuadras del lugar que allanaron.
Toda vez que no lograban sus objetivos, se llevaron a todos detenidos hacia la 20 de Noviembre, mas, horas después fueron liberados por el juez calificador en turno, ya que no había cargos que verdaderamente ameritara retenerlos en celdas preventivas.
Lamentablemente a esos corruptos policías municipales, que seguramente obedecen indicaciones de Leyzaola, so pretexto de la autorización del Alcalde, de hacer “labores de inteligencia”, el pasado martes 2 de febrero volvieron al mismo domicilio y, además de romper el candado con una tijera especial, utilizaron la patrulla policiaca para embestir la puerta y abrirla, a fin de cometer una vez más el allanamiento de morada, obviamente sin orden judicial ni nada parecido, y repitieron su “hazaña” de la ocasión anterior, amenazando con regresar una vez más, en especial el policía que no pudo ultrajar a Marlén, dijo claramente: “volveremos; somos del comando negro”.

Hay vecinos testigos de toda la cuadra de que don Jesús Damián es un comerciante honrado y que los muchachos son sus ayudantes, y además, el hecho de que los abusivos policías municipales no fueran más allá de esos atropellos cometidos, se debió a que los vecinos hacían llamadas al 066 denunciando los delitos de allanamiento de morada y golpes a los residentes de esa vivienda.
Encandilado por el falso heroísmo de Leyzaola, el Alcalde Jorge Ramos Hernández ha dispuesto violar la ley y la Constitución al permitir que sus agentes locales hagan “labores de inteligencia” circulando “de incógnito”, pero cometiendo allanamientos, sin órdenes judiciales, ni nada; y lo que es peor, asaltando, causando dañas a propiedad ajena, privando de su libertad a otros que sí quieren “jorobar” hasta las últimas consecuencias, y “fabricando” culpables, pues las cifras no mienten, los delitos aumentan y, los golpes más fuertes a la delincuencia los realiza el Ejército, no ellos.
La reaparición de “comandos negros” atemoriza a toda la ciudad, pues no van a combatir a la delincuencia, sino a “fabricar” delincuentes, y al final de cuentas, son los policías quienes delinquen para que Leyzaola acapare cámaras, a base de mentiras.
Obviamente es ilegal también que “tapen” los números económicos de sus patrullas, pues de esa maneta burlan la acción de la justicia, que en este caso, Sindicatura parece esperar solamente pretextos para no actuar contra policías, y la Procuraduría General de Justicia del Estado desechan averiguaciones previas.
Es inconcebible que el Alcalde y el Gobernador solapen tanta podredumbre, que lejos de servir a la sociedad, la lastiman y destruyen. Esperemos que corrijan el rumbo.

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